miércoles, 14 de mayo de 2008

Guerrero de la luz

Un guerrero de la luz nunca olvida la gratitud.

Durante la lucha, fue ayudado por los ángeles; las fuerzas celestiales colocaron cada cosa en su lugar y permitieron que él pudiera dar lo mejor de sí.

Los compañeros comentan: "¡Qué suerte tiene!". Y el guerrero a veces consigue mucho más de lo que su capacidad permite.

Por eso, cuando el sol se pone, se arrodilla y agradece el Manto Protector que lo rodea.

Su gratitud, no obstante, no se limita al mundo espiritual; él jamás ol
vida a sus amigos, porque la sangre de ellos se mezcló con la suya en el campo de batalla.

Un guerrero no necesita que nadie le recuerde la ayuda de los otros; él se acuerda solo y reparte con ellos la recompensa.





Todos los caminos del mundo llevan hasta el
corazón del guerrero; él se zambulle sin vacilar en el río de las pasiones que siempre corre por su vida.

El guerrero sabe que es libre para elegir lo que desee; sus decisiones son tomadas con
valor, desprendimiento y - a veces - con una cierta dosis de locura.

Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es necesario renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la
vida y alegran a todos los que en ellas participan.

Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas, y los lazos creados con solidez a través del
tiempo.

Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.





Un guerrero de la luz no cuenta solamente con sus fuerzas; usa tam
bién la energía de su adversario.

Al iniciar el combate, todo lo que él posee es su entusiasmo y los golpes que aprendió mientras se entrenaba. A medida que la lucha avanza, descubre que el entusiasmo y el entrenamiento no son suficientes para vencer: se necesita experiencia.

Entonces él abre su
corazón al Universo y pide inspiración a Dios, de modo que cada golpe al enemigo sea también una lección de defensa para él.

Los compañeros comentan: "¡Qué supersticioso es!, paró la lucha para rezar, y respeta los trucos de su adversario".

El guerrero no responde a estas provocaciones. Sabe que, sin inspiración ni experiencia, ningún entrenamiento da resultado.





Un guerrero de la luz jamás hace trampas; pero sabe distraer a su adversario.

Por más ansioso que esté, juega con los recursos de la estrategia para alcanzar su objetivo. Cuando ve que están acabando sus fuerzas, hace que el enemigo piense que no tiene prisa. Cuando necesita atacar por la derecha, mueve sus tropas hacia el lado izquierdo. Si pretende iniciar la lucha inmediatamente, finge tener sueño y se prepara para dormir.

Los
amigos comentan: "Ved cómo ha perdido su entusiasmo". Pero él no hace caso de los comentarios, porque los amigos no conocen sus tácticas de combate.

Un guerrero de la luz sabe lo que quiere, y no necesita dar explicaciones.





Comenta un sabio chino sobre las estrategias del guerrero de la luz:

"Haz que tu enemigo crea que no conseguirá grandes recompensas si se decide a atacarte; así, disminuirás su entusiasmo.

"No te avergüence retirarte provisionalmente del combate si percibes que tu enemigo es más fuerte; lo importante no es la batalla aislada, sino el final de la
guerra.

"Si eres lo suficientemente fuerte, tampoco te avergüences de fingirte débil; esto hará que tu enemigo pierda la prudencia y ataque antes de hora.

"En la
guerra, la capacidad de sorprender al adversario es la clave de la victoria".





"Es curioso - comenta para sí el guerrero de la luz -.

Cuánta gente he conocido que en la primera oportunidad intenta mostrar lo peor de sí mismo. Esconden la fuerza interior detrás de la agresi
vidad; disfrazan el miedo a la soledad con aires de independencia. No creen en su propia capacidad, pero viven pregonando a los cuatro vientos sus virtudes."

El guerrero lee estos mensajes en muchos
hombres y mujeres que conoce. Nunca se deja engañar por las apariencias y permanece en silencio cuando intentan impresionarlo. Pero usa la ocasión para corregir sus propios fallos, ya que las personas son siempre un buen espejo.

Un guerrero aprovecha toda y cualquier oportunidad para enseñarse a sí mismo.

domingo, 11 de mayo de 2008

Cuatro Secretos Para Ser Feliz -Denis Derivet


Lo que más deseamos en la vida es la felicidad.

Pero en ocasiones saboteamos nuestros esfuerzos para alcanzarla.
La felicidad no es un destino a donde se llega, sino es la manera de caminar por la vida. Sin embargo, de manera extraña, en el trayecto podemos tropezar con dos problemas graves: algunos seres humanos tienen miedo de ser felices y muy pocos saben exactamente qué desean.

Si quieres vencer estos dos obstáculos y pertenecer al selecto grupo de gente feliz, te sugerimos seguir cuatro pasos para lograrlo.

1- Desmantela tu armadura

Con frecuencia tememos ser felices y saboteamos nuestras ilusiones porque pensamos que no merecemos la felicidad y nos da miedo tratar de alcanzarla.

La forma más sencilla y frecuente de protegernos y mantenernos a salvo es construir una armadura de acero en la que encerramos nuestros sueños y deseos para que nadie pueda alcanzarlos ni destruirlos. Y, por supuesto, el resultado es que jamás damos un solo paso para hacerlos realidad.

Acepta que al reprimir tus sueños no los proteges, sino que impides que se realicen. Haz esfuerzos verdaderos para convertirlos en realidad. Esta decisión te puede llevar a correr algunas desilusiones y desengaños; pero también te llevará a éxitos que de otra manera no lograrías jamás.

2- Conéctate con los deseos de tu corazón

Haz un'cita' contigo mismo para explorar cuáles son los sueños y los deseos que duermen en el fondo de tu corazón.

Considérala y trátala como la cita más importante de tu vida. Si lo consideras necesario, asiste a ella con libreta y pluma en mano.
Anota cuanta idea se te ocurra sobre lo que deseas, aunque te parezca absurda. Cuando no tenemos idea de cuáles son nuestras metas en la vida ni sabemos cómo alcanzarlas, es una buena idea ayudar al cerebro a realizar esta exploración. Lo importante es que logres conectarte con lo que tu corazón anhela realmente y que llegues a vislumbrar los diferentes caminos por medio de los cuales podrías alcanzarlo. De este modo, te será más fácil empezar a dar los pasos necesarios para convertir ese sueño en realidad.

Los esfuerzos que hagas llenarán de interés tu vida y te harán probar las primeras mieles de la felicidad.

3- Reconoce tu propio poder

Todos somos mental y físicamente capaces de hacer lo que nos proponemos; los límites los ponen nuestro miedo y nuestra imaginación. Y todos merecemos el éxito, como merecemos el amor y la felicidad. Desafortunadamente, para muchos es más fácil decir ´no puedo´; y todos solemos creer en nuestras propias palabras.

Así que para conquistar la felicidad, empieza a practicar una actitud positiva, a fomentar la confianza en ti mismo y a decir ´sí puedo´, a todos los retos que te vaya planteando la vida. Muy pronto descubrirás que puede hacer cosas de las que antes te sentías incapaz.

4- No tomes precauciones como pretextos

Algunos temores son buenos. Ser precavido y cauteloso es una virtud cuando se conduce un automóvil, se tienen hijos pequeños y se desea evitar cualquier tipo de accidente. Pero cuando el miedo te impide lanzarte en busca de tus sueños, ha llegado el momento de deshacerse de él.

En las decisiones importantes de la vida los temores y pretextos deben dejarse a un lado y debe imponerse el valor para correr ciertos riesgos, porque se necesita determinación para perseguir y alcanzar los grandes sueños.

Para ser feliz hace falta honradez para seguir el camino correcto en su consecución y para no estropearla con la mentira o el egoísmo. Pero, ¿cómo sé en cada momento que estoy siendo honrado con las personas que realmente me importan? El problema que se nos plantea es el de reconocer el tipo de amor apropiado -cuál es la manera correcta de amar-, y distinguirla de un amor equivocado -que pueda terminar destruyendo aquello que uno ama.